domingo, 6 de enero de 2019

EL ANDA SOLO


EL ANDA SOLO

El anda solo es un solitario de las montañas y selvas tropicales centroamericanas, es conocido como “pizote solo”; es un poco más grande y lanudo que los comunes, los animales que todos conocemos, los que caminan en manada. En cambio este es un pizote ermitaño de los bosques, un andante insociable, conocido en algunos lugares como “gato solo”. También es uno de los animales más astutos que existen.

No tiene en quién apoyarse ni en quién confiar. Camina de manera muy peculiar, dando saltitos hacia adelante. Su naturaleza es andar con mucha cautela, va contra el viento para que las brisas arrastren los olores de los enemigos, o de sus presas. Se detiene, olfatea y observa; es sigiloso y no hace ruido al caminar, anda sin bulla en los charrales o entre las hojas secas. Cuando pausa la marcha, lo hace en puntos estratégicos, observa su alrededor y huele, husmea, pero no en cualquier lugar, sino, justo donde hay amplio panorama. Así sabe anticipar a lo que enfrentará, ya que la sorpresa no es parte de su itinerario; en eso estriba la inteligencia de este tipo de coatí.

Por andar solo, no deja margen de error. Si es emboscado por algún depredador o detectado por perros de caza, solo su destreza lo podrá librar; por eso es precavido y de andar preciso, no puede ser herido o lesionado, eso implicaría muchas veces la muerte. Camina zigzagueando, según las estribaciones del terreno para no ser previsible, y va agazapado entre vaguadas formadas por las aguas desbordadas que fluyen en las tormentas de la foresta. Tampoco utiliza sendero alguno, ya sea de humanos, venados o tapires, pues sabe que son peligrosos por ser custodiados por los grandes depredadores.

Sus enemigos son: el coyote, el puma, el ocelote y el gato zonto. El jaguar también lo era en antaño, pero ya no existe más en estas selvas. Ahora el enemigo más terrible para él es el cazador humano, el más temido, el que acecha con peligro su especie, con sus perros de caza, en los bosques de café y las selvas primarias.

El anda solo a veces es un caco, llegando a las granjas para robar gallinas, chumpipes, polluelos y comer huevos, por eso es odiado por los humanos. Cuando un cazador lo persigue, sabe de antemano que perderá a más de un can, sin la garantía de matarlo, por eso cuando lo ven a veces mejor lo dejan ir; sin embargo, si lo hacen y él se siente acorralado, espera a los perros con la espalda en el suelo haciéndose el indefenso, y cuando se acercan confiados creyendo que ya lo tienen atribulado, usa sus garras sagaces y las entierra en puntos vulnerables como el cuello o los ojos; luego se incorpora de nuevo y continúa su huida. Solamente estando acorralado en alguna cuenca o barranco puede ser blanqueado por las carabinas o fusiles, por lo general esto sucede cuando es viejo y el cansancio lo traiciona.

Pero a pesar de ser víctima también es un depredador, come huevos y crías de aves silvestres a su alcance, desde faisanes, codornices, pajuiles, chiltotas y chontes; también come reptiles como lagartijas, tenguereches, iguanas, garrobos tiernos, culebras zumbadoras y bejuquillas.

La soledad es su mejor amiga, pero a la vez enemiga íntima. No conoce el pánico porque sabe que es fatal siendo un asceta, pues la desesperación desacierta los reflejos, siendo uno de sus secretos en la caza, o bien, durante la estratégica huida.

No todos los pizotes eligen andar solos; su estilo de vida espiritual, austero y sencillo, es una vocación. Es un animal místico de las selvas y los bosques nebulosos, siendo difícil para el humano divisarlo. Muchos a veces lo confunden con el cadejo, animal mitológico del folclor de la América Central, ya que por la noche al alumbrarlo con las linternas de frente, sus ojos se ven rojos como el fuego y he ahí la confusión, pero nada tienen que ver el uno con el otro, el cadejo es atorrante y agresivo, en cambio el Anda Solo es esquivo y cauteloso.

Trepa por árboles y barrancas con suma facilidad y baja siempre de frente, sin lanzarse, paso a paso, cabeza abajo, sin correr pero rápido. No teme al buen caminante, asusta a quien se deja y es parte importante de la sabiduría de la selva.

Fragmento de la novela “Ojo de Venado”
ISBN: 978-99961-0-538-8


NOTA DEL AUTOR: Les soy sincero, desde que escribí el “Anda Solo” me costaba distinguir el uso de la tilde diacrítica en la palabra “solo”, cuando sí o no pinchar con el lápiz arriba de la vocal. Me explicaba la profesora de sintaxis en la universidad (una viejita simpatiquísima a quien quería mucho por sus regaños), me decía ella que cuando era pronombre demostrativo era tónica, y ahí se tildaba, y cuando era adjetivo no se hacía, al final me enchivolaba todo y los editores terminaban de hacerme la plana.

Pero una vez, platicando con una de las mejores editoras que hay en este país, además de tener la dicha de haber sido excompañero de aula de la señora bonachona que es ahora; me explicó que no había necesidad porque la Real Academia recomendaba no hacerlo, dándome los detalles técnicos, pero igual me quedé en el aire, no terminaba de entender de muy sonso que soy.

Visité entonces el sitio web de la RAE, y sí, en efecto, ahí dice el uso de la tilde en el caso de la palabra “solo”, lo releí varias veces y les soy sincero, esta es una de las palabras que mas me cuesta usar; les comparto aquí el enlace, a ver qué dicen ustedes mis estimados conversas; andasolos…

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